Friday, February 16, 2007

Cuento (Tercera de cinco partes)

A Julián lo sacaron poco a poco, tenía pocos, muy pocos, pero poseía signos vitales, tenía una oportunidad. Esther subió a la ambulancia junto con su hijo, tardaron ante sus ojos y su desesperación una eternidad para llegar al hospital, realmente pasaron 13 minutos.
Un médico que aguardaba la ambulancia examino al niño y dijo: - Llévenlo de inmediato tiene una inflamación en el cráneo en la zona del hueso temporal izquierdo, si la hemorragia interna no se detiene, le quedan pocos minutos de vida!!. Esther pensó, aún unos minutos de vida son vida.

Otro Médico la hizo pasar a su privado, encendió su cigarrillo y con un gesto de muñeca le ofreció uno, Esther negó con la cabeza, mientras no paraba de llorar. El galeno mientras resoplaba el humo del cigarro disparo lenta, delicada, pero acertadamente:

-Sra. La situación del bebé es muy delicada, los golpes en cualquier zona del cráneo son muy peligrosos, incluso letales. El golpe que sufrió su hijo es letal, una lesión como la que sufrió Julián puede mantenerlo en coma durante casi toda la vida, en un tipo optimista, puede hacerle perder partes de la memoria, dejarlo en estado vegetativo o simplemente matarlo, depende de la velocidad en la que se atienda el impacto. Desgraciadamente.... (hizo una pausa). Desgraciadamente no tenemos mucho que hacer por él, no tendría sentido mantenerle vivó, de hecho no le queda más allá de lo que resta de esta noche de vida...Lo siento. Al decir lo siento, le colocó la mano en su hombro y salió de la habitación resoplando una vez más el humo de aquel cigarro.

Esther pareció ausente en los funerales de su marido y de su hijo, su mirada la clavaba en el piso fijamente, pero realmente no miraba hacía ninguna parte, solo recorría mentalmente los momentos de la tragedia y el dolor, no podía olvidar el rostro de Rodrigo, los ojos cerrados de Julián y la escena trágica en su totalidad. Mientras el padre rezaba las oraciones, la tierra caía en cada uno de los ataúdes, la gente se arremolinaba alrededor de Esther para darle las condolencias mientras ellas asentían con la cabeza agachada, oyendo, pero sin escuchar lo que realmente la gente le decía.

Cayó en un Estado mental que yo conozco ahora perfectamente, el estado mental de la depresión total, donde parece que los tiempos pasados fueron mejores ( los tiempos pasados siempre serán mejores), el estado del abandono corpóreo, de la soledad, de la oscuridad, cayó en esa terrible enfermedad que se llama MELANCOLÍA.

Pido una disculpa por no medir correctamente las partes en las que tuve que dividir la historia, pero es realmente un fragmento de un capítulo de un libro que quizá y solo quizá, algún día publique.

12 comments:

Mariana said...

¡Hola Edgar! Gracias por pasar por mi blog y por comentar (no importa que no haya sido de la entrada, en una de esas se da la oportunidad y listo). En todo caso estoy haciendo lo mismo y quedaremos a mano. Soy profunda admiradora de Los Beatles, en especial de George Harrison y amo (particularmente) los cuentos de Benedetti. ¡Qué curioso que te recuerde tanto a esa amiga!

Con calma y más tiempo regresaré a leer tus textos, ya que me encantan los cuentos y aquí veo esos contenidos literarios...

¡Hasta pronto!

Kiki said...

Se le destrozó la vida... en un segundo.

Saludos.

david santos said...

Hola!
Correcto, es real! Todo nuestro pasado, siempre que acompanha nosotros es lo mismo que comesando dando pasos para la melancolia. Todo en la vida es asi. Lo pasado foé bueno, pero es ese pasado a dominar nuestro futuro y hacernos de stressados, saudosistas e melancolicos. Pienso ter entido bien, pero es este mi racicinio.
Gracias y buen fin de semana.
Gracias.

webita said...

uy... me dejaste con un nudo en la garganta... y pensar que en un momento la vida te cambia...

Pereque said...

Sé que perder a alguien es triste y cambia las cosas, aunque es inevitable. Lo he vivido. Perder a alguien así... francamente no sé qué haría.

En temas más mundanos y pedestres, ¿qué tal si pones ayudas de navegación? Vínculos como "siguiente" y "anterior", para que sea más fácil moverse entre las partes de la historia.

Saludos, P.

Coro said...

Vaya tragedia...
Suspense, acción, drama, sentimiento...
Por favor avisa si se publica.
Felicidades.

Saludos

Chabeli said...

Todo es tan real, hasta me pusiste triste...
Vamos, publica ese libro quien quita hasta llegue un dia al cine.

Alexander Strauffon said...

Estoy atento al curso de tu cuento, Edgar.

santo said...

oye si lo publicaras ?? pues que bien ehhh oye siempre me he preguntado es pedir o dar una disculpa??? aunque como dicen verdad en el pedir estar el dar jejeje
saludos edgar

AndreaLP said...

Me puso meláncolica... sé algo de eso... y me pega.

¿Porqué no lo publicas? Recuerda que el 'hubiera' no existe.

Edgar said...

Hola a todos:

Santo- Es ofrecer una disculpa, pedirla significa esporar que la otra persona te dé una disculpa.

A todos: Publicar mi libro, mmmmmm
al ser algo autobiográfica, lastimaría susceptibilidades, además está muy viajado y el ritmo no es muy bueno. La trama puede resultar predecible y he intentado combinar tanto la fantasía con la realidad, que lo único verdadero es aquello que no existe, pero que pudo haber sido.

Tres capítulos, modificados cada mes, es lo que llevo, cerca de 70 páginas escritas. Pero la vida me cambia la historia y me hace imaginar diversos escenarios

Lorena said...

mas que melancolía se me hace que ha caido en una fuerte depresión!!!, pobre mujer... en fin.. continuaré leyendo, ya me quedé picada ;-)