Un mundo "tecnológicamente" Feliz

En varias películas futuristas y varios libros de la misma clase han sentado la idea hipotética de una sociedad sumergida en un gran vigilante, que dicta e impone reglas, que funda y difunde a su completo antojo, para dominar las actitudes y como consecuencia las ideas de las personas que la integran.

Es el caso de los instaladores de reconocimiento y seguimiento de actividades de los diversos departamentos de TI (nombre eufimista adoptado por antiguos departamentos de sistemas, para sonar más “in”, más a la moda, más avanzados aún), en las empresas o de los check up que se realizan para mantener controlado y vigilado al personal.

Estos sistemas de reconocimiento y seguimiento de actividades han adoptado el nombre de auditores, que a palabra dicha, por los integrantes de TI tendrán el acceso con registro de tiempo de todas y cada una de nuestras actividades realizadas (en la computadora y revisadas a través del servidor), de todos y cada uno de los programas utilizados, de todas y cada una de la páginas de Internet visitadas, de su frecuencia, por día, por tiempo, por interés, por relevancia etc. Con el fin utópico de elevar la eficiencia en el trabajo. Que lejos quedaron los tiempos donde se pensaba que ofrecerle al empleado un ambiente laboral cómodo elevaría su potencial, que lejos quedaron los tiempos donde se argumentaba que la oferta de expectativas “concentraría” al trabajador en las actividades que labora y en el empeño que potencialmente desarrolle.

Me ha tocado “vivir” bajo sistemas de Check-up, que de tan estrictos que se intentan, se tornan absurdos, checar horario de salida y entrada para ir al baño!!!, ya no digamos de entrada y salida laboral, para salir del departamento y acceder a otro, (lo que significaba de acuerdo al diseño arquitectónico de la oficina en cuestión, el tiempo que incluso tomábamos para sacar copias, para enviar el fax, etc), para salir a comer, etc. De esta manera nos convertimos en instrumentos de explotación para obtener un capital. La tecnología dispuesta e invertida por las empresas, son para aislar los medios de comunicación, para limitar nuestros funcionamientos y para elevar de forma robótica el desempeño.

Contamos paradójicamente con conexiones más avanzadas a internet, con conmutadores telefónicos más poderosos en sus funciones multilínea, con aparatos celulares de 4a generación (que por ejemplo en Complejos de oficina bancarios, te obligan a dejar, antes de acceder al desempeño de tus actividades), con radios para mantener un equipo de trabajo en red, con sistemas de chat, con un sinfín de herramientas para estar informados y comunicados y no somos capaces de ver hacia donde quieren o desean orientar las empresas a las que servimos, esa comunicación, para que sean dueños, de nuestro tiempo, de nuestros intereses, para que se conviertan así (al saber los números que nos llaman, que llamamos, la duración de las llamadas, lo que decimos en ellas, el tiempo que utilizamos para salir a comer, para ir al baño, el que salimos, la –música- que escuchamos, el mail que enviamos, el que recibimos, la información que enviamos, la que recibimos, el tiempo que invertimos en leerlos, los programas que usamos y la finalidad del uso, que instalen cámaras de vigilancia dentro de las oficinas, que restrinjan el uso de cámaras digitales ) en dueños de nuestras intimidades; para volverse dueños de nosotros mismos por más de 9 horas de nuestro día útil, para que se conviertan en los que nos dictan que hacer, cómo hacerlo y para qué, como personas y seres humanos y nos conviertan en entes limitativos de trabajo, ajenos al mundo exterior, presentes en él sólo por “tiempo limitado” y que después vengan cada tres o seis meses a levantar la encuesta de los standares de satisfacción del empleado.....