UN VIAJE

Cruzo nadando el mar de los pensamientos atravesando el fin de lo que empieza, me acerco a la bahía de las fantasía y piso la arena blanquecina de la belleza, me adentro en la selva de las palabras y respiro los aromas y veo los resplandores del sol, de los soles.

Este viaje me permite ver y tocar mundos imaginarios, en esta galaxia interestelar, recorro los mundos y me refugio en el tiempo, y encuentro en él a un aliado; a un caballero que esgrimirá su espada con la mía para emprender las travesías.

Y ahora que soy ese ser dominante, ese ser invulnerable, es cuando disfruto, cuando toco la brisa, cuando inhalo el aroma del color, y observo las notas de la música y me envuelvo en el manto de la noche, de esa; de aquella, que me embelese con esa otra que llaman luna, y aquella, menguante, nueva o llena; sombría, gélida, triste y emotiva, romántica y compasiva es la que me representa.

Que soles!!!, que lunas!!!, que estrellas!!!, ¿Cuántos mares, montañas y valles?, ¿cuánta luz, cuánta agua?. Me agrada estar aquí apartado de todo, relajado, lejos del mundo banal, de la risa mundana, del placer pragmático, de la hipocresía perenne; me gusta sentirme, estar conmigo, convivir con mis ideas, con mis fantasías, con mi ser, con todo lo que realmente soy, lejos de lo que todos pretendenquesea.

Camino en los pasillos majestuosos, observo los óleos, las esculturas, las telas, los retoques adoquinados de las esquinas, que doblan en las puntas de las orillas de lo que mi mente desea encontrarse. Es aquí en esta orilla dónde cierro los ojos y veo, sólo lo que yo me permito ver, la representación de mis figuras, de mis aromas, de mis gustos, de lo que yo soy.

Y llegó a la pradera y absorbo el aroma de la tierra mojada, de la madera cortada, el aroma de la pureza y llego al río y lo contemplo y me mojo en mis sueños...(y no me importa nada), pues estoy disfrutando de mí, estoy aquí conmigo, estoy aquí sin mí (y por que habría de importarme, si a lo que agrego valor, realmente no lo tiene), estoy gozando mi mundo imaginario, este submundo que existe más que el real, que es más palpable, por que es mío (la gente que le importo, desconozco muchas veces si “mi importancia” es real, o mejor aún; sincera)

Y caigo en el ensueño, en ese pequeño lapso de muerte en vida, en el que ni los párpados se controlan, en el que el subconsciente se intromete y las fantasías y las ilusiones convergen y atrapan. Y me dejo dominar y subyugar en este mi sueño, en este mi mundo, en este mi viaje.