A VECES EL DEPORTE........

A veces el Deporte dá aquellas grandes sorpresas, que levantan, sueños, que forman y transforman grandes leyendas, enormes historias. A veces el deporte recrea la historia del David y Goliat y hace las fantasías realidad. A veces el Deporte hace creer que cualquier persona puede tener la oportunidad de vencer al oponente; por más formidable que este parezca, por la simple razón de tener también, dos manos y dos píes.

A veces el Deporte muestra que no hay rivales pequeños, que existen grandes golpes de suerte, convierte a pequeños desconocidos en héroes, que permanentes o fugaces, logran así, una hazaña o se perpetúan en la historia. A veces en el deporte cuando el rival más frágil sale cómo víctima, lo envuelve en una capa de gloria al resaltar que la dedicación y el esfuerzo lo pueden o lo hicieron triunfar, siempre y cuando su buena tarde o noche sea en el justo momento en el que el oponente tuvo su peor momento.

A veces el Deporte da grandes sorpresas, que se convierten en mitos y transfiguran en nuestras mentes grandes proezas, excelentes epopeyas o extraordinarias batallas, que al paso de los años, constituyen la memoria colectiva y convierten el momento, “ese momento”, de la canasta, el Homerun, el TouchDown, el Nockout, la brazada final, el Gol.... en un punto de referencia para las vidas de las personas que tuvieron la oportunidad de ver-sentir-vivir “aquello”.

A veces el Deporte crea las figuras y evoca las imágenes de los rostros victoriosos y extraordinariamente desencajados de alegría, por convertir a todo un pueblo o una nación, aunque sea por solo un instante en ganador. A veces el Deporte te da la posibilidad de soñar, de creer, de imaginar de pensar que todo es posible, que todo se puede y que cualquier adversidad con un poco de suerte se puede vencer. Esa es su magia, la magia del deporte.

Acuden a mi mente grandes momentos que he visto en el deporte: El regreso, un partido de Fútbol Americano, Bills vs Houston, en el que al medio tiempo Houston dominaba ampliamente en el marcador, y lo que parecía una paliza acabo siendo una voltereta extraordinaria. Recuerdo un tiro final de Jordan en un partido de los Bulls vs Cleveland, las épicas batallas de los Bulls vs NY, o Bulls vs Detroit, en los que año tras año Detroit enviaba a Bulls a casa, hasta que Chicago a la tercera oportunidad hizo lo propio; camina por mi cabeza un partido de Jordan que aún estando “enfermo” consolidó su figura al echarse al hombro al equipo y ganar un juego de finales ante Utah. El partido Camerún-Argentina en Italia en el que Omam Biyik dio un salto excelso para rematar de cabeza y vencer a los Argentinos, ese brinco hizo que el mundo se enterará que existía un país que jugaba fútbol en África y en cuyo uniforme estaba el verde, el rojo y.....el amarillo. Senegal hizo lo propio con Francia hace cuatro años. Corea al llegar a semifinales, Nigeria al ganar la medalla de Oro en una olimpiada en el Fútbol, Uruguay al derrotar a Brasil en el maracaná, Detroit al vencer a mis amados Lakers (con todo y Kobe, Shaq, Malone y Payton), los Medias Rojas de Boston al ganar sú última serie mundial y quitarse “la maldición”; en fin.
A veces el deporte dá ese chispazo, esa genialidad, esa desfortuna para el grande y el temido; esa mano, esa falla, ese último pase (¿Cómo olvidar la recepción inmaculada?), ese tiro libre, ese rebase, ese pitcheo extraordinario.............ese recibimiento de pecho y remate de zurda sin dejar caer el balón, que se convierte en un arco-iris de tiro desde fuera del área y que se anida en la red mientras el portero vuela y cae sin poder parar el balón, para el 2-1 en tiempo extra. En nuestra contra. Sólo me pregunto por que alguna de esas veces no es a nuestro favor. A favor de México