
Siempre he pensado que la droga natural y común ante muchas situaciones es la música, a través de ella aumento mis emociones e incluso algunos temas de algunos grupos los tomó cómo míos. Y es que así es como debería de ser toda la música interpretativa, con el margen suficiente para que cada quién la haga suya a su modo y a su manera.
Existe un grupo del norte del país que lo entendió de esta manera e hizo de las influencias externas su música propia y en su álbum debut se nota, se lee así, se disfruta, se siente. Es un disco de once cortes de tonadas y temas juveniles que cumplen con la función del pop; gustar y resultar pegajosos, pero cumplen también con otras cualidades: ser originales, propios y directos, buscar en cada acorde y en cada riff o en cada coro y estribillo la búsqueda de una situación personal que a voz del propio grupo les sucedió a todos sus integrantes.
El disco es una paleta de
colores, cómo lo presagia un nombre dado a una canción, que dejan en cada nota una letra y una palabra, es un disco que te envuelve en su ritmo vertiginoso, más no ruidoso, en el que se nota la alegría, la frescura y la energía juvenil que envuelve al grupo.
Tu no me buscas es un tema cantado con la desesperanza y el desconsuelo que siente un joven que en líos amorosos se somete al doloroso ritual de la búsqueda de la solución del problema con su novia sin sentirse correspondido.
Luz de neón, suena (desde mi apreciación personal) a un pop-happy punk.
Cuando pienso en ti, es una melodía de perfil rítmico más descansado que no se puede dejar de asociar con los enanitos verdes o con hombres G en algunos momentos.
Dulce Hiel es un tema que va in crescendo, empieza con un requinto de guitarra lento, para ir subiendo al pié de la letra hasta el coro, la letra otra vez juvenil (Las letras salieron por algo que 'marcó' un episodio en nuestras vidas...comentaría
Hugo Mejía Borja –voces y guitarra rítmica-) cuenta el conflicto de una persona de ver al ser amado en brazos de otro, en este caso del mejor amigo.
No es un disco de irreverencia y inconformidad juvenil, dónde se grita o se pretende cantar que se odia al mundo, no es una música que en la búsqueda de la potencia pierde la armonía, es una música que sabe dónde esta plantada y que no niega sus origenes (resulta imposible escucharlos y no recordar en algunos tintes a Zurdok, a Volován, a la Gusana Ciega, a Enanitos Verdes, a Hombres G, a Oasis e Incluso a Sin Bandera –escuchar
tendré que confesarte-), pero es en estos cimientos y en el conjunto de esas bases, dónde encuentran la autenticidad y fortaleza, no estoy diciendo que sean remakes o fusiles simples o que los riffs, redobles y partes rítmicas sean copias pirateadas, estoy diciendo que aún y cuando escuchar a
Dymmo recordemos otros grupos, éste último suene fresco y honesto.
Pues ya ves es desde mi humilde óptica la mejor canción del disco, con un tema que resulta más personal, un ritmo identificable y que no fatiga, con una letra que jamás caé en la desesperación y con frases con las que muchos, muchísimos jóvenes se identificarían.
Tu naturaleza. Es una rolita que guarda incluso tintes soul –sin jamás llegar a serlo- aderezada con una sección de metales en el coro y una grosería que le da un toque festivo a la canción que resulta apetecible y adorna lo que desea la canción.
El disco se da espacio para tranquilizarte y hacerte suspirar con un tema que te llena de calma y que te lleva a recordar a Sin Bandera.
Tendré que confesarte es una exquisita balada pop, que demuestra otros matices de voz, otros sentidos iluminativos a la guitarra y otra presencia al lado rítmico (bajo y batería).
Colores primera canción que escuché es por si sola una melodía que te prepara a lo que hay que esperar del disco, aunque la secuencia del plato resulte más de lo esperado, jamás se desborda en los tonos, jamás pretende la grandilocuencia, si bien no se escucha experimental no rodea el desparpajo y se escucha lo “pulido” de las melodías en las mezclas.
Al final el disco sobrepasa las expectativas, se salva por los colores melódicos que manchan sus canciones, por los perfiles de éstas y de nueva cuenta por la frescura de sus cortes. Un disco juvenil remasterizado por Sony Music y por el cuál
Jorge, Daniel y Hugo se deben sentir satisfechos con el resultado al igual que su servidor. Si no los haz escuchado te los recomiendo ampliamente, si ya los escuchaste, vuélvelos a disfrutar