Que hermoso día, desde que desperté lo sabía, en la mañana tuve un gran desayuno y no derramé nada de lo que me dieron, trataba de estar lo más limpio posible, por que iban a venir ellos…
Llegaste tú, tan hermoso como siempre, nunca pude expresarlo, pero fuiste mi consentido y aún lo eres, tan limpio, tan pulcro, con una forma tan excelsa de moverte, tan calculador y analítico, con esos lentes oscuros, que no me dejan ver esos ojos, antes tan tiernos y hoy tan determinados.
Después tu hermana, con ese nivel de Estrés tan particular, tan acelerado, toda la vida cansada, toda la vida quejándose, toda la vida apurada y sin hacer nada…jaja
Y tú hermano que siempre intentó, que siempre se esforzó y que nunca pudo, como yo, por las diversas circunstancias de esta inercia imparable que se llama vida, por esta secuencia temporal de eventos que solo te conducen al mismo fin, sin importar el camino que cruces.
Dos de ustedes me saludaron efusivamente, ella solo sonrió de manera hipócrita y un tanto repulsiva, y me sacaron, bufando de su esfuerzo, quejándose de su esfuerzo, fingiendo el gran esfuerzo, y yo solo reía para mí y sonreía para ustedes, tratando de ser lo más agradable posible.
Los pequeños me esperarían en la camioneta de mi consentido y muchos de ellos me veían como animalito de zoológico, el hijo de ella mencionó: Mamá, babea como el loquito del….. Lo callaste de inmediato y yo borré mi tonta sonrisa, para tratar de limpiarme de forma inmediata y al apenas lograrlo no me quedó mas que mirarlo y volver a sonreír.
No quise tirar nada hijo mío, no te molestes y rebufes, disculpa, mira nada mas el cereal por el suelo del restaurante, pero me habría gustado más ir a alguna de sus casas, cómo serán ahora???, la última vez la recuerdo o la quiero recordar con esa extraña pintura pistache o aquella, la de ella, con esas sucias paredes blancas, que nunca lo fueron más
Y los escucho y me deleito al verlos platicar y de vez en vez mi esforzado hijo me dá una palmadita y aquel o el otro me da una sonrisilla, mientras uno de los pequeños jala los pelillos de mis cejas y yo sin más que sonreír.
¿El olor?, ¿Cuál olor?.....Ohhhhhhhh, lo siento, se los juro que no me dí cuenta, hija mía no soy un cerdo, no te expreses así por favor, hijos no me quiero ir del lugar…..Mi consentido después de hacer muecas y miradas distantes a sus hermanos, saca la tarjeta y da una señal para pagar. Mi otro hijo tiene que hablar con él…..
Los veo, aquél necesita dinero, y el otro más solvente solo quiere el “negocio”, tú hija mía solo pides irnos. Otra vez en la camioneta y veo por la ventana el eterno baila de los autos pasar, andar y detenerse y tengo calor…..El pequeño menciona, que huelo a rancio…..un codazo y los lentes viendo por el retrovisor cortán de nuevo el comentario y los demás pequeños ríen como a escondidas. Y que puedo hacer de nuevo sino sonreír????

De regreso a la casa???, esa no es mi casa??? No esta tu madre, ni esos de bata son mis hijos, ni nada mío. Salen de la camioneta, discuten sus actividades vespertinas y determinan que nadie me puede cuidar, se despiden en un alegórico y fantasmal desfile, en una hipócrita filita. El primero y el último en irse eres tú hijo mío….y aunque para muchos esto sería una horrible pesadilla, yo voy a esperar la tarde y a decir: Hoy fue un gran día.
Llegaste tú, tan hermoso como siempre, nunca pude expresarlo, pero fuiste mi consentido y aún lo eres, tan limpio, tan pulcro, con una forma tan excelsa de moverte, tan calculador y analítico, con esos lentes oscuros, que no me dejan ver esos ojos, antes tan tiernos y hoy tan determinados.
Después tu hermana, con ese nivel de Estrés tan particular, tan acelerado, toda la vida cansada, toda la vida quejándose, toda la vida apurada y sin hacer nada…jaja
Y tú hermano que siempre intentó, que siempre se esforzó y que nunca pudo, como yo, por las diversas circunstancias de esta inercia imparable que se llama vida, por esta secuencia temporal de eventos que solo te conducen al mismo fin, sin importar el camino que cruces.
Dos de ustedes me saludaron efusivamente, ella solo sonrió de manera hipócrita y un tanto repulsiva, y me sacaron, bufando de su esfuerzo, quejándose de su esfuerzo, fingiendo el gran esfuerzo, y yo solo reía para mí y sonreía para ustedes, tratando de ser lo más agradable posible.
Los pequeños me esperarían en la camioneta de mi consentido y muchos de ellos me veían como animalito de zoológico, el hijo de ella mencionó: Mamá, babea como el loquito del….. Lo callaste de inmediato y yo borré mi tonta sonrisa, para tratar de limpiarme de forma inmediata y al apenas lograrlo no me quedó mas que mirarlo y volver a sonreír.
No quise tirar nada hijo mío, no te molestes y rebufes, disculpa, mira nada mas el cereal por el suelo del restaurante, pero me habría gustado más ir a alguna de sus casas, cómo serán ahora???, la última vez la recuerdo o la quiero recordar con esa extraña pintura pistache o aquella, la de ella, con esas sucias paredes blancas, que nunca lo fueron más
Y los escucho y me deleito al verlos platicar y de vez en vez mi esforzado hijo me dá una palmadita y aquel o el otro me da una sonrisilla, mientras uno de los pequeños jala los pelillos de mis cejas y yo sin más que sonreír.
¿El olor?, ¿Cuál olor?.....Ohhhhhhhh, lo siento, se los juro que no me dí cuenta, hija mía no soy un cerdo, no te expreses así por favor, hijos no me quiero ir del lugar…..Mi consentido después de hacer muecas y miradas distantes a sus hermanos, saca la tarjeta y da una señal para pagar. Mi otro hijo tiene que hablar con él…..
Los veo, aquél necesita dinero, y el otro más solvente solo quiere el “negocio”, tú hija mía solo pides irnos. Otra vez en la camioneta y veo por la ventana el eterno baila de los autos pasar, andar y detenerse y tengo calor…..El pequeño menciona, que huelo a rancio…..un codazo y los lentes viendo por el retrovisor cortán de nuevo el comentario y los demás pequeños ríen como a escondidas. Y que puedo hacer de nuevo sino sonreír????

De regreso a la casa???, esa no es mi casa??? No esta tu madre, ni esos de bata son mis hijos, ni nada mío. Salen de la camioneta, discuten sus actividades vespertinas y determinan que nadie me puede cuidar, se despiden en un alegórico y fantasmal desfile, en una hipócrita filita. El primero y el último en irse eres tú hijo mío….y aunque para muchos esto sería una horrible pesadilla, yo voy a esperar la tarde y a decir: Hoy fue un gran día.